Urgencias
y emergencias hipertensivas
Belén
Cartimil Neira
La HTA constituye en la práctica un 2% del total de las
urgencias y un 7% de las urgencias médicas de un hospital
general, lo que implica una sobreutilización, sin motivo real, de
los servicios hospitalarios de urgencias, ya que hasta un 90% de
estas urgencias se pueden controlar con reposo o con medicación
oral de forma ambulatoria.
Clasificación
de la HTA.
La
clasificación más reciente establecida por el comité de
expertos americanos para la prevención, detección, evaluación y
tratamiento de la HTA (JNC-VI) y por la OMS Sociedad Internacional
de HTA es la que se muestra en la siguiente tabla :
Categoría |
Sistólica
(mm Hg) |
|
Diastólica
(mm Hg) |
Optima |
< 120 |
y |
< 80 |
Normal |
< 130 |
y |
< 85 |
Normal-alta |
130-139 |
o |
85-89 |
HTA-Estadío
1 |
140-159 |
o |
90-99 |
HTA-Estadío
2 |
160-179 |
o |
100-109 |
HTA-Estadío
3 |
> 179 |
o |
> 109 |
HTA
Sistólica aislada |
> 139 |
y |
< 90 |
Esta clasificación que se utiliza actualmente tiene en
consideración tanto la PA sistólica como la PA diastólica, es
decir, es el valor más alto de la categoría de la PAS ó PAD la
que define el estadío. Por ejemplo: si un sujeto tiene una PAS de
135 mmHg, pero la diastólica es de 97 mmHg, queda clasificado
como HTA Estadío 1; pero si por el contrario estamos ante una PAS
de 185 mmHg y una PAD de 100 mmHg se trata de una HTA Estadío 3.
Normas
para determinar la presión arterial.
Urgencias
y emergencias hipertensivas.
Existe una gran confusión terminológica para denominar
las diferentes situaciones clínicas que se pueden plantear.
Sabemos que una CRISIS
HIPERTENSIVA es toda elevación tensional aguda que motive una
consulta médica urgente, aceptándose arbitrariamente cifras de
PAD >120 mmHg. Este término incluye las siguientes situaciones
:
EMERGENCIA
HIPERTENSIVA:
situación en la que la elevación de la presión arterial
se acompaña de una
afección concomitante de órganos diana y exige un tratamiento inmediato para evitar la posibilidad de
muerte o de consecuencias irreversibles. En esta situación, la
aplicación de unas pautas de conducta adecuadas de manera
inmediata pueden suponer la salvación del individuo o evitar las
lesiones irreversibles a las que pueda dar lugar :
- Repercusiones
cerebrales :
- Encefalopatía.
- Hemorragia
intracraneal.
- Infartos lacunares.
- Repercusiones oculares
:
- Espasmo arterial.
- Edema de papila.
- Lesiones
retinianas agudas.
- Repercusiones renales
:
- Insuficiencia
renal aguda.
- Repercusiones
especiales :
- Repercusiones
cardíacas :
- Edema agudo de
pulmón.
- Insuficiencia
coronaria.
- Repercusiones
vasculares :
- Aneurisma
disecante de aorta.
|
URGENCIA
HIPERTENSIVA:
situación en la que la elevación de la presión arterial NO
se acompaña de alteraciones que impliquen un compromiso vital
inmediato y que, por lo
tanto, permite su corrección
en 24-48 horas con un agente oral.
FALSA
URGENCIA HIPERTENSIVA:
son elevaciones tensionales que no producen daño en los órganos
diana y son reactivas a situaciones de ansiedad, síndromes
dolorosos o a procesos de cualquier otra naturaleza. La elevación
de la presión arterial se
corrige al cesar el estímulo desencadenante y no
requiere ningún tratamiento hipotensor específico.
EMERGENCIAS
HIPERTENSIVAS
Su prevalencia se cifra entre el 1% y el 7% de todos los pacientes
hipertensos.
Etiología.
El contexto etiopatogénico es muy variado. A continuación
enumeramos sus principales causas en adultos, referidas por orden
decreciente de frecuencias :
-
Crisis
hipertensivas idiopáticas.
-
Crisis
hipertensivas por patología renal o vasculorrenal.
-
Crisis
hipertensivas secundarias a patología endocrina.
-
Mediadas
por secreción o liberación de catecolaminas.
-
Endocrinopatías:
D.M., SD. Cushing, Acromegalia, Hiper o
hipotiroidismo...
-
Administración
terapéutica de hormonas presoras: dopamina,
dobutamina, adrenalina, noradrenalina.
-
Crisis
hipertensivas ligadas a fármacos.
-
Crisis
hipertensivas secundarias a tóxicos: cocaína,
anfetaminas, polvo de angel.
-
Interferencia
del metabolismo de las catecolaminas en las
terminaciones nerviosas.
-
Alteración
de los mecanismos de regulación de la presión
arterial: estrógenos, corticoides, regaliz,
hormonas tiroideas.
-
Interferencia
con la farmacocinética o farmacodinámica de los
antihipertensivos.
-
Vasoconstricción
directa.
-
Crisis
hipertensivas durante el embarazo.
-
Hipertensión
inducida por la gestación: hipertensión
gestacional, preeclampsia leve y grave, eclampsia.
-
Hipertensión
crónica preexistente: esencial o secundaria.
-
Hipertensión
inducida por la gestación con HTA crónica
preexistente.
-
Hipertensión
transitoria.
-
Crisis
hipertensivas en situaciones especiales.
-
HTA
refractaria.
-
Cirugía.
-
Patología
neurológica.
-
Quemaduras
graves.
-
Crisis
hipertensivas en el curso de HTA acelerada-maligna.
|
Tipos
de emergencias hipertensivas.
1.-
Encefalopatía hipertensiva.
Se produce cuando una elevación brusca de las cifras de PA
supera el límite de los mecanismos autorreguladores del flujo
sanguíneo cerebral, lo que provoca la formación de edema
cerebral, focal o generalizado, como consecuencia de una
hiperfiltración secundaria al excesivo flujo sanguíneo.
Los datos clínicos más característicos son: cefalea,
estupor o somnolencia, convulsiones y focalidad neurológica. Al
examen de fondo de ojo se aprecian en la retina exudados
algodonosos y hemorragias en llama.
Para el diagnóstico definitivo es necesario excluir otras
patologías (ECVA, tumores) por lo que se realizará un TC
craneal.
Para su tratamiento emplearemos: Nitroprusiato
o Nicardipino (que no producen efectos secundarios sobre el
SNC como sedación o somnolencia), aunque también se pueden añadir
otros agentes como IECA (Enalapril) o beta-bloqueantes. Una vez
que se consigan valores de PA aceptables (PAD de 95-110 mmHg) se
continuará con un tratamiento antihipertensivo por vía oral.
2.-
Disección de aorta.
Se debe a un desgarro de la íntima de la pared arterial.
Suele propagarse distalmente hacia la aorta descendente y sus
ramas principales, pero también lo puede hacer en sentido
proximal.
La manifestación clínica más frecuente es un dolor
intenso de instauración brusca a nivel de la cara anterior o
posterior del tórax (con frecuencia en la región interescapular).
Otras manifestaciones dependerán de qué arterias se vean
afectadas por la disección.
En la Rx de tórax se apreciará un ensanchamiento del
mediastino superior si se afecta la aorta ascendente y también se
podrá apreciar derrame pleural, generalmente izquierdo. El diagnóstico
de certeza se hará mediante TC, RM o Ecocardiografía transtorácica.
Aquí es importante el diagnóstico diferencial con el IAM
ya que en la disección de Ao
NO se debe
administrar NUNCA tratamiento trombolítico o anticoagulante.
Para el tratamiento se debe conseguir inicialmente una rápida
disminución de la PA sistólica, media y diastólica de la pared
de la Ao, para así disminuir la fuerza de fricción. Por ello,
será de elección la asociación de Beta-bloqueantes
endovenosos con Nitroprusiato.
La decisión de tratamiento quirúrgico reparador se basa en la
localización. Es la única emergencia hipertensiva en la que es
incluso necesario obtener una situación de hipotensión.
3.-
Edema agudo de pulmón.
La insuficiencia cardíaca acompañada de un marcado
incremento de las cifras de PA es una situación que requiere un
tratamiento muy precoz ya que el incremento de la resistencia a la
eyección del ventrículo izquierdo puede originar una disminución
de la distensibilidad ventricular lo que acabará produciendo o
agravando un edema agudo de pulmón.
Desde el punto de vista clínico se caracteriza por disnea
con movimientos respiratorios rápidos y superficiales, acompañados
de tos y expectoración rosada. En la exploración física destaca
la presencia de estertores crepitantes en ambos campos pulmonares
e ingurgitación yugular. En la auscultación cardíaca suelen ser
audibles el 3º y 4º ruídos.
Se realizará rápidamente un ECG en el que podemos
encontrar hipertrofia del VI, descenso del ST o un patrón de
isquemia, en cuyo caso deberemos descartar la existencia de IAM
mediante ECG seriados y determinación de niveles de CK-MB y
troponina. Además se determinará la creatinina plasmática para
descartar la presencia de insuficiencia renal.
En la Rx tórax se aprecia un incremento del tamaño de la
silueta cardíaca con congestión hiliar y edema pulmonar y
pleural.
En cuanto al tratamiento antihipertensivo se empleará Nitroglicerina endovenosa, aunque también es muy eficaz el Nitroprusiato.
4.-
Cardiopatía isquémica aguda.
Tanto el IAM como la angina inestable se pueden acompañar
de HTA. El uso de agentes trombolíticos en estas situaciones es
controvertido por el riesgo de accidentes hemorrágicos. Si la PAS
> 165 mmHg ó la PAD > 95 mmHg en el momento
del diagnóstico, se multiplica x2 el riesgo de una hemorragia
cerebral, mientras que si las cifras son > 180/110 mmHg
estará contraindicada la trombolisis en infartos de pequeño tamaño.
La administración de Nitroglicerina
endovenosa o morfina pueden disminuir rápida y
sustancialmente la PA. También pueden ser muy beneficiosos en
estas situaciones los Beta-bloqueantes.
5.-
Enfermedad cerebro-vascular aguda.
En los Servicios de Urgencias es frecuente encontrar
hipertensos inadecuadamente tratados que presentan ECVA y cifras
de presión arterial elevadas. Además, la
misma situación de estrés o los mecanismos iniciales del
ictus pueden ocasionar por ellos mismos una elevación de las
cifras de presión arterial.
Se necesita siempre la realización de una TC craneal para
definir el tipo de ECVA.
Si
las cifras de PA son > 220/120 mmHg se disminuirá la PA de
forma gradual y controlada, utilizando Nitroprusiato, Nicardipino, Labetalol o Enalapril. Se EVITARA
nifedipino sublingual y diazóxido.
6.-
Eclampsia.
Cifras de PA > 140/90 mmHg acompañadas de edemas,
proteinuria y convulsiones en una embarazada de más de 20 semanas
de gestación.
En esta caso debe iniciarse inmediatamente tratamiento
anticonvulsivante: Sulfato
de Mg 4 gr. por vía i.v. directa seguido de perfusión i.v.
de 2 gr/hora. Y controlar la PA con antihipertensivos por vía i.v.
siendo de elección la Hidralazina, aunque también se pueden usar calcio-antagonistas, labetalol
o urapidil. Están CONTRAINDICADOS trimetafán, diuréticos y
beta-bloqueantes.
7.-
HTA maligna.
Se trata de una HTA grave que se caracteriza por: exudados
y hemorragias en el fondo de ojo (con o sin edema de papila),
cifras de PA muy elevadas: >200/130 mmHg, de evolución
progresiva y con deterioro importante de la función renal. Se
presenta en el 1% de las HTA esenciales y en un 5% de las
secundarias (fundamentalmente nefrógenas) En un 10-20% de los
casos su debut será como una crisis hipertensiva que podrá ser o
no una emergencia pero que siempre será obligado su ingreso
hospitalario.
Diagnóstico.
Los pasos que deberíamos seguir ante una crisis hipertensiva serían
los siguientes :
-
Confirmar
que se trata de una verdadera crisis hipertensiva.
-
Discriminar
si se trata de una emergencia o de una urgencia hipertensiva.
-
Evaluar
etiológica y fisiopatológicamente el cuadro clínico del
paciente.
-
Iniciar
el tratamiento adecuado para cada situación.
Y para todo ello nos basaremos en la anamnesis, exploración
física y pruebas complementarias.
ANAMNESIS: las
crisis hipertensivas pueden ocurrir tanto en pacientes con HTA
esencial previa ( conocida o no, tratada o no) como con HTA
secundaria (vasculorrenal, nefrógena, endocrina...); por ello, al
encontrarnos con unas cifras de PA elevadas deberemos valorar
tanto la probable repercusión de órganos diana, como los datos
que sugieran un origen secundario de la HTA y aquellas
circunstancias que puedan desencadenar una crisis hipertensiva.
Si se trata de un paciente hipertenso conocido es
importante averiguar: duración de la HTA, grado de repercusión
visceral previa, tipo de tratamiento previo y grado de
cumplimiento del mismo, fármacos consumidos habitualmente y régimen
de vida y hábitos dietéticos y tóxicos.
Si se trata de un paciente que desconoce si es o no
hipertenso deberemos preguntar especialmente por: cefalea, visión
borrosa, acúfenos, vértigo, focalidad neurológica, disnea,
palpitaciones, dolor torácico, sudoración, rubor o calor facial.
El conocer si existen o no antecedentes familiares de HTA
pueden orientar hacia algún tipo de HTA secundaria.
EXAMEN FISICO: una
vez que hayamos descartado que se trate de una falsa crisis
hipertensiva, y después de una exploración general completa, los
datos que valoraremos con especial interés son :
-
Presión
arterial y frecuencia cardíaca.
-
Fondo
de ojo:buscando
si existen signos de retinopatía hipertensiva como
hemorragias, exudados o edema de papila.
-
Auscultación
cardíaca: soplos, 3º y 4º ruídos.
-
Auscultación
pulmonar: crepitantes en las bases.
-
Soplos
vasculares: principalmente carotídeos y femorales.
-
Pulsos
periféricos y presencia de edemas.
-
Exploración
neurológica completa.
|
EXPLORACIONES
COMPLEMENTARIAS: las pruebas complementarias que se practicarán
ante toda emergencia hipertensiva serán las siguientes :
Y dependiendo de la situación clínica se realizarán además :
-
Encefalopatía
hipertensiva: TC craneal, ya que el diagnóstico de
seguridad de esta entidad dependerá de la exclusión
de otras causas.
-
Aneurisma
disecante de aorta: TC torácica, Ecocardiograma
transesofágico.
-
Insuficiencia
cardíaca congestiva: gasometría arterial.
-
Cardiopatía
isquémica sintomática: enzimas cardíacas.
-
ECVA:
TC craneal.
-
Eclampsia:
proteinuria, pruebas hepáticas y de coagulación.
|
Tratamiento.
Todo paciente con una Emergencia hipertensiva debe ser
tratado en un medio hospitalario.
Se requerirá un descenso en el plazo máximo de 1-2 horas
a fin de evitar lesiones irreversibles sobre los órganos diana.
La magnitud del descenso de PA también dependerá de la
situación en la que nos encontremos. Así, como norma general, el
objetivo será una reducción del 20-25% del valor inicial de la
PA, intentando mantener la PAD < 100 mmHg. Por el contrario, no
debemos intentar conseguir descensos de PAS < 160 mmHg ó PAD
< 100 mmHg en emergencias asociadas a enfermedad vascular
cerebral.
La mayoría de las crisis se controlan con un único fármaco.
Su vía de administración será preferentemente parenteral. Este
fármaco seleccionado deberá cumplir los siguientes requisitos :
- rapidez
de acción.
- acción
progresiva y sostenida.
- acción
proporcional a las cifras de PA iniciales.
- facilidad
de administración y dosificación.
- actuar
sobre las resistencias periféricas.
- no
interferir la autorregulación del flujo sanguíneo
cerebral.
- carecer
de efectos secundarios limitantes.
|
En las Emergencias hipertensivas, el fármaco de elección
en casi todas sus formas clínicas es el Nitroprusiato sódico en perfusión continua endovenosa, estando
en 2ª línea el enalaprilato, el labetalol y la nitroglicerina.
Recordar únicamente que el nitroprusiato está contraindicado en
la preeclampsia grave y eclampsia, en donde son de elección el
labetalol y la hidralacina.
URGENCIAS
HIPERTENSIVAS
Su prevalencia en relación con la emergencias
hipertensivas es similar; representando en nuestro medio un
0’55% del total de urgencias atendidas en un hospital general,
con una proporción de 1:1. Es la cefalea el síntoma más
prevalente, seguido de la inestabilidad y la epistaxis.
Etiología.
El contexto etiopatogénico es idéntico al de las
emergencias hipertensivas (expuesto anteriormente por lo que no
volveremos a enumerarlo).
Tipos
de urgencias hipertensivas.
Haremos especial hincapié en aquellas situaciones en las
que un descenso de la PA, en un plazo de 24-48 horas, puede
significar una mejora sustancial en el pronóstico a corto plazo
del paciente.
1.-
Feocromocitoma.
Se trata de un tumor productor de catecolaminas, derivado de las células
cromafines y que, de forma característica, es una causa de HTA.
En más de la mitad de los casos, la HTA ( con cifras tensionales
>250/140) y los síntomas (cefalea, intolerancia al calor,
temblor, palidez cutánea, debilidad, astenia, náuseas, dolor torácico
o abdominal y pérdida de peso) aparecen en forma paroxística, y
en los intervalos entre las crisis los pacientes están
normotensos y asintomáticos, o incluso hipotensos.
El diagnóstico se debe establecer a partir de la anamnesis,
exploración física y la determinación de catecolaminas y sus
metabolitos en plasma y en orina.
Si bien el tratamiento es eminentemente quirúrgico y tiene
finalidad curativa, es necesario unos cuidados pre y postquirúrgicos.
Así, el tratamiento médico se realiza con Fentolamina
(alfa-bloqueante) a dosis de 2-5 mgr. por vía i.v. a intervalos
de 5 minutos hasta conseguir el control de la PA. Si se acompaña
de taquicardia o arritmias, se añadirá posteriormente Propanolol
(beta-bloqueante) a dosis de 1-2 mgr. Por vía i.v. en perfusión
durante 5 minutos. NUNCA se
deben prescribir los beta-bloqueantes antes de haber realizado el
bloqueo alfa, pues se pueden provocar elevaciones importantes de
la PA. Incluso a veces se emplea el Labetalol
que tiene acción alfa y beta.
2.-
Síndromes hiperadrenérgicos :
Dentro de éstos se incluyen diferentes situaciones :
-
SD.
De abstinencia alcohólica.
-
Sobredosis
de anfetaminas.
-
Abuso
de pastillas adelgazantes.
-
SD.
De tiramina e IMAOs.
-
Efecto
rebote tras supresión de clonidina.
-
Ingesta
de cocaína o drogas de diseño.
-
Crisis
de pánico.
|
En general, la HTA que acompaña a estos síndromes es de
corta duración, alcanzando un pico muy rápido, para después
volver a los valores normales.
Los fármacos de elección en estas situaciones son los
alfa-bloqueantes y los beta-bloqueantes. En
caso de que predomine la HTA se iniciará con alfa-bloqueantes
tipo Prazosina o Doxazosina; pero si
lo que predomina es la taquicardia se empezará con beta-bloqueantes
como el Propranolol o el
Metoprolol. Aunque en muchas situaciones lo mejor sería
emplear un fármaco con los dos mecanismos de acción como el
Labetalol. Si nos
encontramos ante una crisis de pánico, el tratamiento de
elección será una Benzodiacepina
con efecto ansiolítico.
Cuando se trate de una HTA
por efecto rebote tras la supresión de un alfa2-agonista, la reintroducción
de dicho fármaco consigue, en pocas horas, una reducción
sustancial de las cifras de PA.
A veces, nos podemos encontrar con elevaciones asintomáticas
de la PA producidas por circunstancias aisladas como el dolor o
estados de ansiedad. En estos casos, el tratamiento causal de la
circunstancia que ha originado la situación de estrés es
suficiente para retornar al paciente a sus cifras habituales de
PA.
Diagnóstico.
Aquí es importante establecer el diagnóstico diferencial
con una falsa crisis hipertensiva, en la que la PA se normaliza al
desaparecer el estímulo que la desencadena. Por ello, la actitud
diagnóstica debe incluir :
- Confirmar
que se trata de una verdadera crisis hipertensiva.
- Discriminar
correctamente entre urgencia y emergencia hipertensiva.
- Iniciar
el estudio de su etiología.
|
Y para todo ello nos basaremos en la anamnesis, exploración
física y pruebas complementarias :
ANAMNESIS: en el
paciente hipertenso conocido es importante precisar el origen de
la HTA, tiempo de evolución y repercusión sobre órganos diana,
presencia de enfermedades concomitantes y las características del
tratamiento previo.
En el caso del paciente que no se sabe hipertenso tendrán
más relevancia las características clínicas y evolutivas de la
crisis.
EXPLORACION FISICA:
Primero y con el fin de determinar si se trata de una verdadera
crisis hipertensiva se mantendrá al paciente en reposo en un
lugar tranquilo y sin ruido durante un mínimo de 30 minutos,
después de lo cual se procederá a una nueva toma de la PA, pues
a veces, tras el reposo, se puede observar un descenso de dichas
cifras, convirtiendo así una teórica urgencia hipertensiva en
una HTA ligera-moderada o incluso, en una situación de normotensión.
Una vez descartada esta situación, se procederá a una
exploración general completa orientada fundamentalmente a evaluar
las posibles repercusiones de los órganos diana (S.N., aparato
circulatorio, vasos retinianos). ES MUY IMPORTANTE EL
PRACTICAR UN EXAMEN DE FONDO DE OJO a aquellos pacientes
con cifras de PAD > 120 mmHg, ya que las anomalías fundoscópicas
pueden condicionar actitudes terapéuticas concretas.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
en principio no sería necesario el realizar ninguna. Sin embargo,
según la sospecha etiológica, la patología acompañante o la
afección de órganos diana podría ser necesario practicar:
hemograma, creatinina y electrolitos séricos, analítica de
orina, ECG y Rx de tórax..
Tratamiento.
Todo paciente con una Urgencia hipertensiva puede y debe
tratarse en un medio extrahospitalario. Sólo se remitirán al
hospital aquellos casos que no respondan al tratamiento o que
requieran alguna prueba complementaria que no se pueda realizar
fuera del hospital.
El descenso de la PA se debe obtener de manera gradual,
entre 12-48 horas, ya que un descenso brusco o la obtención de
niveles muy bajos de PA podrían provocar descensos de los flujos
cerebral o coronario, con la consiguiente repercusión isquémica
en estos territorios.
El 1º objetivo debe ser la reducción del 20-25% del valor
inicial de la PA, no descendiéndola a PAS < 160 mmHg ó PAD
< 100 mmHg. El descenso posterior debe ser lento y monitorizado
para evitar fenómenos isquémicos en los órganos diana.
La mayoría de las Urgencias hipertensivas se controlan con
un único fármaco. El fármaco de elección deberá cumplir los
siguientes requisitos :
- mecanismo
de acción más gradual.
- vida
media más larga.
|
Distinguiremos dos situaciones :
-
Pacientes
que no reciben habitualmente tratamiento
antihipertensivo:
bastará con iniciar
dicho tratamiento, incluso ambulatoriamente.
Actualmente los fármacos antihipertensivos se agrupan
en 7 familias: diuréticos, alfa-bloqueantes, beta-bloqueantes,
alfabeta-bloqueantes, IECAs, calcioantagonistas y
antagonistas de los receptores de la angiotensina II
(ARA II). Se puede utilizar cualquiera de ellos en sus
dosis habituales.
-
Pacientes
que reciben tratamiento crónico antihipertensivo:
después de comprobar que las dosis e intervalos son
los correctos, se asociará un 2º fármaco, siempre teniendo en cuenta las
consecuencias deletéreas de determinadas asociaciones
sobre la potencial patología de base.
|
En un reciente trabajo realizado en pacientes con urgencia
hipertensiva se ha podido comprobar
que el LACIDIPINO
(calcioantagonista de última generación), con inicio de acción
gradual y larga duración, presenta una eficacia superior a la del
nifedipino, con un control de presión que abarca las 24 horas
tras su administración. Todo ello lo convierte en un fármaco de
primera línea para el tratamiento de la urgencia hipertensiva.
|