HECHOS
CIRCUNSTANCIALES
Cuando
en urgencias valoramos la gravedad de un enfermo, tanto en el sentido de
la naturaleza de la causa como de su repercusión, tenemos un montón de
literatura que podemos consultar; son protocolos y algoritmos, más o
menos parecidos, que nos ayudan en las decisiones. Esa literatura utiliza
elementos clínicos, de laboratorio, de imagen, etc.
Sin
embargo hay otros elementos importantes no incluidos en esos algoritmos,
protocolos, guías y demás, pero que, el médico experimentado, utiliza y
con los que mejora la calidad de sus decisiones y los resultados de los
enfermos que atiende. Son elementos o hechos que se pueden llamar
circunstanciales, o de contexto, y se sacan a relucir con la anamnesis y
un poco de sentido común. Por ejemplo :
-
Hora
de consulta. La consulta nocturna se asocia a mayor gravedad. Ante
dos enfermos aparentemente iguales, pero que uno consulta a las cuatro
de la tarde y el otro a las cuatro de la madrugada sabemos que, estadísticamente,
el segundo de ellos estará más grave. Esto se debe a que cada uno en
su casa hace el primero de los triages y, el triage nocturno, es más
exigente antes de tomar la decisión de venirse al hospital. Por
tanto, si lo hace, debiera haber un problema más serio, aunque no lo
aparente.
-
Distancia
entre domicilio y hospital. Para motivos en apariencia iguales, a
más distancia, más gravedad. El motivo es el mismo que para la
consulta nocturna, un triage casero más exigente para decidirse a
venir. La noche inhibe para viajar y la distancia también y, si la
carretera es mala, aún más. Los dos elementos juntos deben hacer
presuponer más gravedad por doble motivo o sea que, de noche y de
lejos, ¡ ojo !
-
Relación
del enfermo con el sistema. Ante dos enfermos que consultan por el
mismo motivo aparente, pero uno saca, por ejemplo una carpeta con
informes de múltiples consultas en urgencias y otros lugares y
servicios, con diagnósticos variados pero no confirmados..., y el
otro es la primera consulta, el segundo estará más grave hasta que
se demuestre lo contrario. El enfermo de mediana edad y de ahí para
arriba que consulta por primera vez en urgencias, que nunca estuvo
ingresado y que pocas veces fue a su médico y, ahora, lo tenemos aquí,
tiene algo. El otro enfermo que practica el medical shopping tiene
muchas menos probabilidades de sufrir un problema serio y, caso de
tenerlo, tiene otro problema añadido qu7e es la poca atención que a
veces prestamos a los pastorcillos que no paran de gritar que viene el
lobo. En fin, a los primeros hay que prestarles mucha atención y a
los segundos la suficiente, pero al menos esa.
-
Consultas
repetidas. Nos referimos a la persona que sin ser practicante del
medical shopping consulta en urgencias varias veces en espacio de unos
días y ahora, consulta de nuevo sin que hallemos mayor gravedad ni
hechos diferentes respecto a las consultas previas. Antes de dar
nuevamente de alta hay que pensar si está claro lo que tiene o puede
tener y, no fiarnos de su aparente buen aspecto ni de la negatividad o
poca expresividad del problema en la exploración y en las pruebas complementarias. Si no está claro, tenemos que replantear el caso y no
dejarnos llevar por ideas fáciles, otra vez ese coñazo, que
pretenden rebajar la posible gravedad del caso cuando lo que habría
que cuestionar es nuestra competencia para resolverlo. Prestemos
atención al enfermo que, sin tenerlo por costumbre, nos consulta
varias veces, en poco tiempo y por algo que no se ha aclarado.
-
Si
yo no quería venir. Si quien lo dice, además, es un varón de
edad media hay que tomarlo en serio. No digamos si parece una persona
razonable, sin historial médico, que lo dice sin un total
convencimiento y detrás está una mujer, esposa o hija, deseando
empezar a hablar y lo hace mientras él baja la cabeza o la mirada.
Apreciar estas cosas puede ser difícil y necesitar experiencia. En la
mía, el problema de muchos de estos hombres era una neoplasia.
-
Atender
al P10. No pocas veces dice cosas que aunque sólo sea una
palabra, una frase o una constante anotada, lo aclara todo o mucho; y
la cuestión es que esa breve información que tanta importancia puede
tener, nada o nadie más puede darla; en todo caso nadie tan rápido,
tan barato y con tan poca iatrogenia. Por
la misma razón, cuando un volante bien estructurado, por breve
que sea, dice algo que no encaja con nuestra interpretación del
problema, antes de desecharlo sin más, debemos pensárnoslo bien e
intentar encajar las cosas aplicando especialmente una visión
evolutiva al problema.
-
Hechos
circunstanciales MIX. Cuando en un mismo enfermo confluyen varios
de los Hechos Circunstanciales reseñados las posibilidades de
problemas serios se multiplican. Si este enfermo viene al hospital a
esta hora desde ese lugar, lo hace por primera vez, o por tercera vez
en tres días con un problema sin definir ni orientar, etc, es un
enfermo que tiene algo, seguro, aunque no lo parezca y debe hacernos
pensar y trabajar.
Finalmente, sin duda hay muchos más hechos circunstanciales de
importancia y cada uno de nosotros seguro que tiene los suyos con sus
particulares ponderaciones. Estos son unos cuantos salidos así, a bote
pronto.
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