COMA
Antes de hablar del coma digamos
un par de cosas superficiales sobre la condición normal y antitética a
coma, la conciencia. No es ésta algo sólido, monolítico, sino que la
conforman varios elementos :
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Capacidad para estar
despierto.
-
Capacidad de estar
consciente, en el sentido de percibir el medio y a uno mismo e
interactuar en consecuencia.
-
Capacidad de autoconciencia,
ser consciente de que se es consciente. Esta capacidad nos diferencia
de la mayoría de los animales, salvo los primates superiores que la
poseen en cierto grado.
ANATOMIA DE LA
CONCIENCIA
Estas capacidades son controladas por ciertas estructuras o áreas del
sistema nervioso central (SNC).
Los ritmos de sueño y vigilia, por tanto la capacidad de
despertar, la controla la formación reticular activadora
ascendente (FRAA), que se localiza en la porción superior del tronco
cerebral. Tiene esta formación conexiones aferentes y eferentes con todo
el SNC. Las vías sensitivas, y especialmente las del dolor, en su
trayecto ascendente hacen amplios relevos en la FRAA; es gracias a estas
conexiones que cuando estamos dormidos y nos estimulan desde el exterior
es activada la FRAA y ella a su vez activa y despierta a todo el cerebro.
Que las vías de la sensibilidad dolorosas sean las que más conexiones
tienen, explica que sea el dolor entre todas las formas de sensibilidad la
que mayor capacidad activadora tenga sobre la FRAA y por tanto de
despertar al dormido, lo que es muy lógico por otra parte. Resumiendo, la
FRAA es el despertador o mando ON/OFF del cerebro.
La
capacidad de conciencia, que quiere decir algo así como estar
despierto y con contenido, no tiene una localización concreta sino que
depende del buen funcionamiento global de ambos hemisferios, sobre
todo de su corteza.
CONCEPTO DE COMA
Es
un estado agudo en el que el paciente parece dormido, no despierta al
estimularlo, persiste o se agrava con el tiempo, se estima como
potencialmente reversible y pueden causarlo un gran número de
enfermedades neurológicas o no. Se trata pues de un síndrome y no de una
enfermedad.
Es
obvio que entre un estado de plena conciencia y otro del coma más
profundo hay un continuum y, ciertamente, pequeñas disminuciones del
nivel de conciencia desde el estado de normalidad no pueden interpretarse
como coma. La graduación de ese continuum la hacemos clínicamente con la
escala de coma de Glasgow cuya puntuación oscila entre un mínimo de 3
(el coma más profundo) y un máximo de 15 (conciencia plena). De acuerdo
con esta escala, hablamos de coma cuando la puntuación es inferior a 9.
FISIOPATOLOGIA DEL
COMA
Si
la conciencia es el resultado de la integridad anatómica y funcional de
la FRAA y los hemisferios cerebrales, se comprende que la alteración de
éstos causará alteración de la conciencia. En el primer caso por fallo
del despertar (falló el despertador) y en el segundo por un despertar con
fallo de contenidos.
Bien, si para causar coma de origen hemisférico es precisa una
afectación extensa de la corteza cerebral de ambos hemisferios, se
entiende que las lesiones focales (ACVA, tumor...) por sí mismas no
producen coma sino signos de focalidad; también se entenderá entonces
que las enfermedades que causen coma por este mecanismo serán ante todo
de tipo tóxico-metabólico, infecciones de carácter no circunscrito del
SNC o hemorragia subaracnoidea; todas estas situaciones producen
afectación difusa y extensa del SNC.
Las enfermedades que causan coma por alteración de la FRAA suelen ser,
por el contrario, de carácter estructural. La lesión inicial puede estar
en las proximidades de la FRAA, bien en el propio tronco cerebral o en el
espacio infratentorial circundante, o estar más lejos, en los hemisferios
cerebrales y causar daño de la FRAA por tener carácter expansivo que
hernia el cerebro en sentido rostrocaudal comprimiendo finalmente el
tronco cerebral superior (por este mecanismo puede una lesión
hemisférica focal causar al fin coma).
Los trastornos tóxico-metabólicos también afectan, claro que sí, al
tronco cerebral y a la FRAA, pero dado que las neuronas corticales son
mucho más sensibles a tales agresiones es su disfunción, antes que la
del tronco cerebral, la principal responsable de la alteración del nivel
de conciencia en tales casos.
ACTITUD ANTE UN
PACIENTE SIN RESPUESTA
A
un paciente aparentemente inconsciente y que no responde a estímulos, hay
que verlo siempre como un paciente grave y en riesgo de muerte. Esa
valoración instantánea de la gravedad la hace perfectamente cualquier
persona con experiencia en enfermos agudos y es lo que se llama la
inspección del primer segundo o, en lenguaje coloquial, la pinta.
Para empezar, ¿estará parado?, comprueba la permeabilidad de la vía
aérea, la ventilación y la circulación. Si el paciente está vivo
habrá que ver hasta que punto la está, pues puede que el paciente
respire y tenga pulso pero que su respiración sea anormal por calidad o
cantidad o que el pulso sólo lo tenga en las carótidas o esté negro
como la noche más negra. Si la cosa está tan chunga, lo primero será
dar soporte vital y después ya vendrá todo lo demás.
Las primeras medidas son, como siempre, el control de las constantes
vitales.
-
Tensión arterial.
La
muy alta puede ser tanto causa como efecto de la enfermedad
responsable del coma; exige atención pero no hay que correr mientras
la TAD no supere los 120 mm de Hg. La muy baja si que obliga a correr
tanto en el sentido de tener que elevarla, para evitar mayores daños
en el SNC, como de buscar la causa que debe estar fuera del SNC ya que
las alteraciones de éste sólo causan hipotensión en estados muy
evolucionados y terminales; la hipotensión obliga pues a mirar fuera
del cerebro.
-
Frecuencia cardiaca.
Las rápidas importan más como efectos de las auténticas causas de
coma que como causas por si mismas. Las muy bajas importan porque
pueden traducir hipertensión endocraneana (sobre todo si también hay
hipertensión arterial) o apuntar hacia alguna causa específica de
coma.
-
Temperatura. La
fiebre asociada a coma obliga a pensar en primer lugar en infección
del SNC y la hipertermia en ciertas intoxicaciones o lesiones del SNC.
La hipotermia, o quizás mejor, el termómetro que no sube nos obliga
a buscar otro artilugio que no sea un termómetro convencional de
mercurio para conocer la temperatura real. En conclusión, decir que
el termómetro no sube en un paciente en coma y quedarnos tan
tranquilos no vale y, si acaso, antes de ponernos a buscar otras
formas de medida hacemos una valoración clínica, si las axilas y las
ingles están tan heladas al tacto como el resto del cuerpo la cosa no
ofrece duda, el paciente está hipotérmico, es más, diría que
bastante hipotérmico.
-
Frecuencia
respiratoria. Una vez más lo digo y sin señalar a nadie lo hago
a todos, midámosla por favor, que es tan fácil como importante.
Recuerda que todo lo que no sea respiración normal o respiración de
Cheyne-Stokes hace pensar en situación grave y presumible daño de
tronco cerebral.
-
Glucemia.
No es
un signo vital pero es una causa frecuente de conciencia alterada, que
se puede diagnosticar con rapidez a la cabecera del paciente y con
igual rapidez revertirla, evitando maniobras y complicaciones
posteriores. Por tanto a todo paciente con conciencia alterada o
clínica neurológica aguda del tipo que sea es absolutamente
obligatorio hacerle una tira de glucemia ¡YA! y actuar en
consecuencia, Glucosmon R50 intravenoso. Insisto, ¡nunca jamás! se
insistirá lo bastante, pues ejemplos de errores al respecto los hubo,
los hay y, visto lo visto, los habrá y a nosotros compete reducir tal
posibilidad. Conciencia alterada = tira de glucemia ya, porfa.
-
Escala de coma de
Glasgow. Es una escala que usamos para saber la intensidad de la
disminución del nivel de conciencia. También nos permite reconocer
asimetrías corporales en las respuestas y sospechar por tanto de
focalidad neurológica, lo que traduce la mayoría de las veces
enfermedad estructural. Todos sabemos, es de suponer, que para hacer
el Glasgow primero miramos al paciente, luego le hablamos, después le
gritamos y por último, si hace falta, le lastimamos y se valoran tres
tipos de respuesta, apertura palpebral, respuesta verbal y respuesta
motora; la escala viene en todos los lados y no la voy a poner aquí.
De lo que sí se va a hablar es de errores frecuentes :
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Glasgow 0. Si
tenemos en cuenta que la puntuación mínima en cada una de las
respuestas es 1, se comprende que el Glasgow 0 no existe y el
escribir tal cosa significa ignorancia absoluta de lo que se está
haciendo.
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Estímulo mínimo
necesario. Con frecuencia se dan puntuaciones demasiado bajas, lo
que se debe bien a un estímulo doloroso tímido o inadecuado.
Está claro que si tenemos que aplicar estimulación dolorosa
empezaremos con un estímulo débil que se irá aumentando de
intensidad hasta conseguir respuesta o, si no se consigue, que sea
capaz de despertar a un muerto. El tipo de estímulo es importante
y el pellizquito juguetón, tan usado él, es un mal estímulo;
uno bueno es la compresión haciendo vaivén con los nudillos
sobre el esternón.
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Puntuar el lado
deficitario. Debemos puntuar siempre el lado que tenga mejor
respuesta.
-
Utilizar la escala
en un paciente afásico y dar puntuación mínima a la respuesta
verbal, estaremos puntuando un déficit focal y no incapacidad
para hablar por alteración del nivel de conciencia.
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No tener en cuenta
la presteza en la respuesta. Esto no lo podemos reflejar en la
puntuación y lo tendremos que definir escribiendo, con
literatura.
-
Xa cheja.
SEGUIMOS HACIENDO
COSAS
Ya
sabemos que el paciente está en coma y hasta que punto está vivo, pero
realmente sólo acabamos de empezar, ¿qué seguimos haciendo? :
-
Mantener la vía
aérea permeable, lo que es especialmente importante en estos
enfermos por la hipotonía muscular que con frecuencia sufren y que
tiende a colapsar la vía aérea superior. Además, las secreciones se
acumulan en la faringe y son aspiradas hacia la vía aérea, debido a
la disminución o incluso abolición de los reflejos propios de esta
zona, por lo que habrá que hacer aspiraciones periódicas de la
orofaringe. Siempre debemos comprobar si el paciente tiene prótesis
dentarias removibles y en su caso retirarlas.
-
Cabecera de la
camilla a 30º horizontal, salvo que exista hipotensión. Algo tan
fácil como frecuentemente olvidado.
-
Canalizamos vía
venosa en antebrazo, con angiocatéter grueso si hay hipotensión
y retiramos muestras para estudio de bioquímica, hematimetría y
coagulación. Si el paciente estuviera hipotenso o nos pareciera
anémico retiramos muestras también para el banco de sangre. La vía
venosa la mantenemos siempre permeable con suero y este será siempre
salino y jamás glucosado a menos que haya hipoglucemia; debemos
recordar que el motivo de esto es que la hiperglucemia se asocia a
peores resultados neurológicos si el paciente sobrevive. Si el
paciente está hipotenso pasamos un chorro de 250 ml de salino y
medimos de nuevo la tensión. En caso de haber fiebre se retiran tres
hemocultivos seriados.
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Gasometría arterial
en todos los casos. Ya sabes de que nos informa, oxigenación,
ventilación y equilibrio ácido-base. Pero los gasómetros modernos
con frecuencia hacen más cosas, Hb, hematocrito, electrolitos,
lactato, carboxihemoglobina... Se comprende que en el enfermo crítico
cuantas más cosas sepamos y cuanto antes, tanto mejor, y la
información de la gasometría la tenemos con carácter inmediato y
puede conducir con la misma inmediatez a aportar medidas terapéuticas
específicas de gran importancia en el manejo del enfermo. A todo
esto, pinchada la gasometría y si no lo hicimos ya antes, ponemos
como a todo enfermo crítico un Ventimask al 50%, luego ya se verá.
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Electrocardiograma,
inexcusable
en todos los casos.
-
Cóctel del coma,
naloxona,
tiamina y flumazenilo. Los pondremos o no según orden médica.
Ante todo enfermo en coma hemos de estar preparados para intubación
endotraqueal, ventilación mecánica y administración de diuréticos
osmóticos, o sea, manitol al 20%
OTRAS MEDIDAS DE
CARACTER GENERAL
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Sonda urinaria o
capuchón. ¡Ojo!, debemos colocar sonda urinaria inmediatamente
siempre que usemos manitol.
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Sonda nasogástrica,
que se debe aspirar periódicamente.
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Protección de
córneas.
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Protección de
decúbitos, cuestión tan obligada por el tiempo excesivo que los
enfermos pasan en urgencias como difícil de cumplir por los
requerimientos de personal.
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Protección térmica,
con tanta frecuencia olvidada. Estos enfermos tienen con frecuencia
alterados los mecanismos termorreguladores, por lo que tenerlos
expuestos a la temperatura ambiente favorece que entren en hipotermia.
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Protección gástrica,
pues estos enfermos hacen con facilidad lesión aguda de la mucosa
gástrica. Nada, lo que el médico diga y si no dice nada se lo
recordamos, no vaya a ser.
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Profilaxis de trombosis
venosa profunda. Siempre, si el médico no dice nada se lo recordamos.
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Colaborar en la
atención de los familiares del paciente escuchándoles,
explicándoles y dando apoyo emocional.
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