ANTIBIOTICOS
INTRAVENOSOS
Los antibióticos, tras los analgésicos, son los fármacos usados con más
frecuencia en los servicios de urgencias. Quizás se empleen en demasía,
pero no lo vamos a discutir; demos por sentado que la indicación de
antibioticoterapia es correcta. La cuestión que planteamos tiene que ver
con otra realidad, esos antibióticos se administran casi siempre por vía
intravenosa, rara vez intramuscular y, la oral, es anecdótica, salvo para
uso particular de los trabajadores del servicio.
La
pregunta es, ¡ tiene que ser así ? Nuestra respuesta es no.
Creemos necesarios los antibióticos por vía intravenosa en los pacientes
en dieta absoluta correctamente indicada, críticos inclusive y, en los
pacientes sépticos y algunos casos muy específicos. ¿Qué pacientes
afectados por el problema nos quedan entonces ? La mayoría.
Esa mayoría son los enfermos EPOC y cardiópatas agudizados, con algo más
de tos, expectoración y disnea, a lo que suman unas décimas de
temperatura, pero sin criterios de gravedad ni de sepsis. Estos enfermos
no están sépticos, las pruebas complementarias también lo apoyan, y
rara vez tienen indicación de dieta absoluta. Por tanto, dando por válida
la indicación de antibioticoterapia, basta la administración por vía
oral. Nunca se hace. Siempre se recurre a la vía intravenosa. No es práctica
correcta. Lo dice la literatura. Y, si
pensamos en que la mayoría de ellos los damos de alta,
¿ acaso lo hacemos con antibióticos intravenosos ?, ¿ por qué
basta en casa la vía oral y no aquí ?
Alguien podrá decir que no es para tanto, que este es un rollo purista y
que tanto da, que ya tiene la vía cogida y está en el hospital, poco
cuesta, pues que menos... Pues no. Veamos :
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Gastos.
No es lo mismo el precio del vial que de la cápsula, sobre o
comprimido; sólo basta mirar el Vademécum. Pero no sólo eso. Para la
administración intravenosa también suele necesitarse un minisuero y
un sistema de infusión; hay que sumarlo. ¿Parece poco? bueno, ya se
sabe, un ladrillo no hace casa pero las casas están hechas de
ladrillos.
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Costes.
Desde que el vial sale de la fábrica hasta que está goteando
dentro de una vena hay un camino que tiene un coste. El que más nos
importa es el de la enfermera, no es lo mismo dar un vaso de agua con
una pastilla que poner ciprofloxacino en vena. Si la enfermera está
soportando una carga excesiva de trabajo, control B o control C,
varios de estos suerillos por turno no son moco de pavo. Quizás se
necesiten más enfermeras; habrá que pagarlas. Alguien puede decir
que el control del dinero no es su responsabilidad. Bueno, quizás
pertenezca al grupo de españoles que no para de criticar lo poco que
el ayuntamiento limpia las calles a la vez que no para de tirar, él,
porquería en ellas.
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Efectos
adversos. Si por mala fortuna el enfermo es alérgico al antibiótico
en cuestión o, por otro mecanismo, le causa toxicidad, el cuadro será
más grave si se administró por vía intravenosa. Quizás el abogado
de la acusación, si la cosa discurriera así, nos haga recapacitar
sobre lo que nos parecería solamente una cuestión purista; Dios no
lo quiera.
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Errores.
Pienso en los de enfermería a causa de cargas de trabajo
excesivas. La ley es simple, no se puede hacer con dos manos lo que
precisa cuatro; en consecuencia se hace mal, se yerra, se hace a
medias o no se hace. Además, especialmente en situación de presión,
el médico como responsable último debe ser cuidadoso en rebajar el
nivel de aquella, no en acrecentarlo.
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Rebaja
de la calidad. Hacer algo mal a sabiendas y de forma sistemática
tiene también consecuencias negativas indirectas para nosotros, para
los enfermos que atendemos y para nuestros compañeros de trabajo;
quizás sutiles, pero poderosas. Es una contagiosa actitud mental para
uno mismo y para los demás, de que no pasa nada, que no es necesario
esforzarse, que es lo mismo, que tanto da... ¿ Qué no pasa nada ?, sólo
basta que uno mismo este echado en la camilla para percibir
clarísimamente, diáfanamente, certeramente... que no es lo mismo, que no da igual,
que hay que....
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Ciertamente, no pasa todo esto sólo por administrar antibióticos
intravenosos, pero también. Así que si no es necesario, no se inyectan;
que los gallegos, aunque el paladar no sea exquisito, tenemos buenas
tragaderas.
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